Entre ellas, encontramos el diseño UX/UI. Por “UI” (User Interface o interfaz de usuario) entendemos los productos que el participante utiliza para acceder al contenido, desde la plataforma de aprendizaje en sí (LMS), donde se recopilan todos los recursos del curso, hasta las pantallas con las que el participante interactúa para recibir la información. Por su parte, “UX” (User Experience o Experiencia de Usuario) considera la experiencia global del participante, englobando tanto a la UI como la forma en que se relata el contenido, se dan instrucciones, etc.
Como verás, la palabra clave es “experiencia”. Los principios de diseño UX/UI han evolucionado en un mercado digital cada vez más competitivo, donde los productos y servicios que destacan son los que hacen sentir mejor a los usuarios en comparación con sus competencias, más allá de la calidad del producto o servicio específico.
En este sentido, el diseño UX/UI nace dentro de áreas como el marketing y el desarrollo web o de aplicaciones, y su aplicación dentro de la industria elearning es completamente esperable y lógica: no basta con crear contenidos fácilmente comprensibles y bajo parámetros correctos de pedagogía digital, si la experiencia global que tiene el participante, es decir, la suma de todas sus interacciones durante todo el curso, es lenta, engorrosa, confusa o torpe.
Particularmente y desde el diseño instruccional, en Celeris aplicamos los siguientes principios de diseño UX/UI:
Storytelling, voz y tono:
Aunque de una manera sutil, el storytelling y la narrativa está presente dentro del diseño UX/UI, sea de webs, apps o experiencias e-learning. Al momento de determinar los elementos que comprenderá la experiencia, los diseñadores acostumbran a pensarla como un “viaje del usuario”, en el que este debe atravesar una serie de puntos, pantallas, interacciones, entre otros, para cumplir su objetivo. Cada una de estas fases conversan entre sí, a través del lenguaje escrito y gráfico, así como sus funcionalidades, y van llevando al participante de la forma más ligera y directa posible hacia la finalización de su experiencia.
De igual forma, nuestros diseñadores instruccionales ajustan el contenido a impartir dentro de una narrativa, muchas veces incluso usando personajes, situaciones o historias, para mantener un tono conversacional y progresivo hacia el participante, manteniendo la ilación de ideas y discurso para que la información no se presente de forma inconexa, sino interconectada.
En este orden, también se considera el voz y tono del discurso, entendiéndose “voz” como el lenguaje e identidad verbal de la marca o empresa: la forma y lenguaje en el que se comunica, y el “tono” el rango emocional dentro de la voz, a usarse según la fase del viaje en la que se encuentre el participante.
Mantenemos la voz del cliente, utilizando los mismos términos con los que se comunica la organización interna y externamente, lo cual facilita la comprensión y aplicación del contenido; y de la misma forma en que en una app el tono de comunicación es diferente al dar la bienvenida que en las instancias de pago, dentro de los cursos modificamos el tono según la actividad o momento en el que se encuentre el participante.
Menos es más.
En el diseño UX/UI de apps y webs existe una tendencia creciente hacia el minimalismo y la simplicidad. Donde antes se hacían esfuerzos para hacer los contenidos y funciones más llamativos, ahora, sin descuidar el valor estético, se busca que los elementos en pantalla sean los estrictamente necesarios para que el usuario pueda cumplir su objetivo en la interfaz lo más fácilmente posible.
De igual manera, en nuestros diseños instruccionales buscamos mantener los principios de simplicidad UX: el texto en pantalla es estrictamente el necesario, enfocado a ideas fuerzas cortas, fáciles de leer y comprensibles en todo momento. Asimismo, no sobrecargamos la pantalla con elementos meramente decorativos; cuando el participante debe interactuar con el curso, las instrucciones son sencillas y se quedan en pantalla para que, si el participante pierde el foco, pueda recuperarlo sabiendo qué hacer a continuación. Estos principios de simplicidad también se llevan al tratamiento de contenido: filtrando, resumiendo y adaptando la información base hacia su aplicabilidad en las situaciones diarias que enfrenta el participante en su actividad laboral.